CUERVO GRIS - Reflexionar acerca del miedo es algo curioso, porque es una sensación tan única y tan conocida por todos, que parece extraño siquiera preguntársela. Pero en realidad que se siente ante el miedo, como describir con palabras esa sensación que se apodera de todo el ser, y es capaz de contaminar cada pensamiento. Y aun mas intrigante, es como saber que lo que yo persibo por miedo, es lo mismo que persiben las demás personas, y siempre queda la duda de si sere el único que lo persibe, si sere el único maldito con eso.
Por mas que todas las personas tratan de convencerse de que todos sentimos miedo, jamas podremos estar seguros. Además como sabemos que lo que los otros hacen y nosotros consideramos arriesgado y sin miedo, en realidad es así; como sabremos que el suicida no tiene un miedo infinito a la vida y a afrontarla cada día, y no una ausencia total del miedo.
Muchos años creí que cada cual debería enfrentar a sus demonios, para de esa forma resolverlo todo, o bien porque se exorcizaban o bien porque estos lo consumian. Al final todo se resumia a una dicotomía entre dos opciones posibles o nada mas, o supervivencia o destrucción. Pero cada vez mas se hace evidente que las cosas no son tan sencillas; a veces los miedos no nos ofrecen opciones, son solamente hitos en el camino, que tan solo marcan las consecuencias de una decisión tomada y olvidada en el tiempo, y a veces son un laberinto con infinitas opciones, cada una de las cuales es incorrecta, pero diferente a su modo, son tan solo una escala de grises que al final solo llevan al desespero. Igual creo que uno no debe confrontar los demonios de su pasado a no ser que este preparado para ello, siempre quedara la opción de huir de uno mismo.
Por mas que todas las personas tratan de convencerse de que todos sentimos miedo, jamas podremos estar seguros. Además como sabemos que lo que los otros hacen y nosotros consideramos arriesgado y sin miedo, en realidad es así; como sabremos que el suicida no tiene un miedo infinito a la vida y a afrontarla cada día, y no una ausencia total del miedo.
Muchos años creí que cada cual debería enfrentar a sus demonios, para de esa forma resolverlo todo, o bien porque se exorcizaban o bien porque estos lo consumian. Al final todo se resumia a una dicotomía entre dos opciones posibles o nada mas, o supervivencia o destrucción. Pero cada vez mas se hace evidente que las cosas no son tan sencillas; a veces los miedos no nos ofrecen opciones, son solamente hitos en el camino, que tan solo marcan las consecuencias de una decisión tomada y olvidada en el tiempo, y a veces son un laberinto con infinitas opciones, cada una de las cuales es incorrecta, pero diferente a su modo, son tan solo una escala de grises que al final solo llevan al desespero. Igual creo que uno no debe confrontar los demonios de su pasado a no ser que este preparado para ello, siempre quedara la opción de huir de uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario