jueves, 18 de octubre de 2007

tipico

alguien me dijo que era "tipico", esa palabra realmente ofensiva para el momento hizo que mi evidente, normal, ponderado y calculado comportamiento, fuera eso : "tipico". Hiriente labor educativa de decir cortesmente: mediocre, no sobresaliente, "tipico". Eso me recordo, durante un trayecto eterno hacia lo largo y hacia lo alto de Nueva York, un poema del indio Romulo que oia mi papa, durante los viajes en un Land Rover que teniamos hace tiempo. El poema o la prosa en version directa de este tipico ejemplar de la cultura colombiana, insultaba con groserias y malas palabras en menor grado a un personaje del poema; dentro de esos insultos el peor de todos, el peor !, luego de una serie grande de sandeces era el siguiente: "... politico", recuerdo bien el fragmento siguiente del poema: "ahi se me junto la tierra con el jirmamento, y le puse la mano donde la mama le puso el pezon", el equivalente a ese gran insulto para el indio romulo de: "politico" lo senti yo con "tipico", pero a ese personaje no podia yo pegarle en el lugar donde su progenitora lo habia amamantado. A el no. Por estrategia no lo podia golpear.
El predecible comportamiento de Gauss es estar dentro de la barriga o la curva de la campana, y ahi andaba yo sumergido en mi tipicsmo, una nueva corriente, la nueva ola de lo evidente. Pero mi innata condicion de supervivencia usual en los seres vivientes, hace que llegue a tomarme un cafe para calentarme las manos y quemarme la lengua. Eso era tomar el cielo con las manos, abrazar la naturaleza humana, sentirse transpirando en la selva, respirarse y ahogarse dentro de uno mismo. Eso era divertirse, sentir que se pasa el tiempo, mientras uno piensa en que todo lo que importa es calentarse en un invierno en NYC.
Estas ebulliciones de pensamientos que no llegaron a ningun lugar y que se explotaron al superar la tension superficial del analisis dejaron como secuela principal la conclusion que, la ofensa en ese juicio estaba en que exactamente no sabia si era un insulto. De ahi se me junto el rascacielo con el asfalto, quise regresar a la Universidad de Nueva York y decirle frente a su dulce secretaria, usted, usted lo que es .. es un cientipico en vez de un cientifico, para que sintiera ahi donde le dolia, en la neurona del orgullo, que el conocimiento tipico puede ser no tan despreciable.


Lunares bajos