jueves, 10 de enero de 2008

ESPIRALES

CUERVO GRIS - En una de esas discusiones sin sentido que a veces se tiene, justo cuando se está llegando a un punto muerto acerca de lo cíclica que es la vida, alguien me dijo que tal vez la vida no va en círculos, sino en espirales, pues parece volver al mismo punto pero en realidad no lo hace, vuelve a un punto cercano, en el que se puede ver aquel punto al que queríamos regresar, pero desde otra coordenada en el tiempo y el espacio; muchos años después regresa esa frase a mi mente.

El hecho que regrese en este momento es fortuito, una forma de reiniciar aquello varios meses detenidos. En todo caso, es una idea interesante, porque cada individuo siempre la mira desde su propio paradigma, y no entiende que en realidad, esto aplica para todos los demás congéneres de especie. En esta medida, cuando la espiral nos lleva al punto cercano a aquel que fue un hito en nuestras vidas, la posición de aquellos que también asistieron a aquel hito, es también diferente. Entonces reconocemos al otro, pero ya no es el mismo, lo vemos a través de unos espejuelos diferentes, con un tinte distinto. En realidad es un nuevo encuentro casual entre dos o más mundos, y muchas veces son casi irreconocibles.

Claro está, todo lo arriba descrito solo aplica para aquellos que separaron sus caminos, por un tiempo significativo (sin que sea yo capaz de precisar cuántos es este tiempo). Porque para aquellos con que se comparte el camino, la vida y sus espirales son un lento proceso, del cual no nos percatamos, y finalmente asistimos al cambio propio y de aquellos con que se convive, pero lo integramos a nuestra visión de la realidad y nos parece que solo hubo “normalidad”.

Esta pobrísima reflexión surge de una conversación usual y corriente, de aquellas que se dan a comienzo de año. Y tal vez el desencadenante fue otra frase (a mi parecer muy lucida), que Lunares Bajos me dijo. Como es usual hablábamos de las personas, y salió a relucir que no existe nadie perfecto para nadie, lo cual es un cliché que muchos usamos, y que siempre se debe buscar la persona adecuada, ante lo cual Lunares Bajos responde que las personas tal vez no son adecuadas sino oportunas. Hoy algunos días después, vuelve a mi cabeza esta frase, porque le otorgo un sentido increíble a las historias entre humanos, porque al hablar de la persona oportuna, se ingresa al reino de lo espacial y temporal. Porque esta simple frase implica que las personas son adecuadas en su tiempo y espacio adecuado, puede que sean oportunas por más tiempo, pero puede que no.

Y todo esto finalmente nos lleva al comienzo, a los espirales de la vida. Como alguien que en el pasado interseco su espiral con el nuestro, y en ese momento era oportuna, cuando la espiral se acerca de nuevo, probablemente ya no lo es. Pero deja otra posibilidad más interesante aun, y es como aquella persona que de pronto en el pasado no encuadraba, no era oportuna, en un futuro incierto, con la distorsión de los dos nuevos mundos, de pronto cuadra, es oportuna, y esto nos lleva a “el encuentro de vidas a dos mundos de distancia, pero que tienen una historia en común”. Esto es otra reflexión, que espero algún día escribir.